VIOLENCIA DE GÉNERO. El relator al que no le creyeron el relato (Por Guillermo Worman)
agosto 30, 2022El relator judicial Marcelo Guzmán declaró que Carla se había caído por una escalera cuando le tomaron la declaración indagatoria. Muy a pesar de las afirmaciones del funcionario judicial, el juez a cargo de la causa lo procesó por delitos graves agravados por el vínculo, le trabó un embargo y dispuso de varias medidas de restricción. El procesamiento se da en el contexto de violencia de género.
Hay un párrafo desgarrador en el auto de procesamiento al relator Marcelo Guzmán. El Juez de instrucción Javier De Gamas Soler escribió: ¨Carla no fue una víctima más de femicidio porque pidió ayuda a tiempo¨.
Pero Carla no pidió ayuda. Esta lectura es una distorsión en la análisis de los hechos.
Carla denunció una situación aberrante, y tal sus palabras, publicó dos videos en la red social Facebook hace unas pocas semanas ¨como un seguro de vida¨.
Recordemos que Carla decidió exponerse física y emocionalmente en un video que recorrió el país como una suerte de salvoconducto para evitar mayores agresiones y, por sobre todo, para intentar neutralizar el poderío institucional de su agresor.
A Carla la salvo la exposición pública. Y la reacción de muchas mujeres que se pusieron a su lado y no la dejaron sola.
Se supo en la segunda semana que Guzmán fue multado en dos oportunidades por violar las restricciones de acercamiento que le impusieron desde uno de los tribunales que intervienen en su causa.
No fue entonces la institución judicial sino que a Carla la salvaron las mujeres que se movilizaron frente al Palacio de Justicia de Tierra del Fuego.
Inicialmente, no la dejaron salir de la isla para buscar resguardo en su provincia natal, donde vive su familia y amigos más entrañables.
Habría que repetir como en una oración de la liturgia religiosa: A Carla la salvó una jueza de familia chaqueña que rompió todos lo protocolos y dijo más de una cuantas verdades sobre situaciones llamativas que se daban en los tribunales de primera instancia.
No perdamos de vista la reacción de la Asociación de Magistrados, que se preocupó por los funcionarios judiciales y no por la víctima de violencia de género. No dijo un solo comentario sobre uno de sus pares que estaba gravemente denunciado por una secuela de hechos aberrantes. La autocrítica de nuevo brilló por su ausencia.
Ahora Marcelo Guzmán está procesado, cuando recién le iban a tomar declaración indagatoria el próximo 27 de septiembre. Ese era el escenario inicial de cómo tramitaron la causa en donde el relator Guzmán está considerado penalmente responsable.
Sigamos con la misma idea: A Carla la salvaron las pocas referentes políticas que se pronunciaron (Victoria Vuoto, Rosana Bertone y Carolina Yutrovich), cuando la gran mayoría del poder político fueguino siguió en el mayor de los silencios por pura especulación electoral y política.
Prestemos atención a esta condición: Marcelo Guzmán es docente universitario (hasta ahora la UCES no informó la desvinculación del ahora docente procesado) de derecho constitucional. Allí debe enseñar que los tratados internacionales de Derechos Humanos tiene rango constitucional y carácter supralegal.
El relator del relato está al frente de dos materias en la carrera de abogacía que se dicta por las noches en la sede de la UTN en Ushuaia. Tampoco hubo expresión alguna por parte de la institución; mucho menos de sus pares docentes que son en una gran mayoría todos integrantes del Poder Judicial.
Guzmán estaba sentado a la mesa de la casta donde todo les está permitido, por eso mismo pudo volver sin costos de una licencia psiquiátrica que le habían otorgado cuando no pudo ganar el concurso a Juez electoral, al que seguía aspirando cuando se produjera la renuncia del juez Isidoro Aramburu.
Nunca perdamos de vista que Carla tomó la decisión de salvar su vida y darle un mensaje de integridad a sus hijas cuando se sentó frente a una cámara y filmó los videos donde expuso ante toda la sociedad el calvario que sufrió por parte de un hombre responsable que la sometió a lesiones sumamente graves.
En otras palabras, y siguiendo la misma formula, Carla se salvó confiando en la red que iba a estar esperándola cuando tomó la decisión de dar el salto hacia la confianza en la sociedad.
Allí estuvo el entramado social que realmente le salvo la vida, y que, en la medida que siga atento y vigilante, probablemente logré que contra Marcelo Guzmán se haga algo de lo que podríamos llamar Justicia.
Antes de cerrar: nunca olvidemos que en el primer video Carla contó que varios abogados y abogadas locales no quisieron tomar su causa por el nivel de poder político y judicial que estaba del lado del agresor, y que Guzmán (según sus propios dichos) se vanagloriaba de codearse con la crema del poder fueguino.
Hasta el momento, al relator judicial no le vienen creyendo el relato que intentó construir para todas las responsabilidades institucionales que tendrían que caérsele encima.
Lo dijo Carla: ¨Justicia y no venganza¨.
Solo Justicia.