Un infierno: su profesor lo acosaba, quiso matarse y lo violaron en el Centro de Salud Mental
agosto 26, 2020El joven tiene 18 años y está con tratamiento psiquiátrico. Un docente lo acosó cuando iba a la escuela y fue sumariado por el Consejo Provincial de Educación. El juez quiso que retorne al lugar donde lo abusaron.
Esta es la historia de Rodrigo, un chico de 18 años que, desde el año pasado, vive un calvario y que, por estos días, no encuentra explicación a lo que pasó.
El chico hoy tiene episodios de ansiedad y temblores, toma unas seis pastillas al día y está la mayor parte de la jornada dopado. Alicia, su mamá, ya no sabe a quién recurrir, ya que diferentes entes le han cerrado la puerta en la cara o le dieron respuestas insuficientes.
Rodrigo vive en el barrio Marina y el año pasado estaba por terminar el colegio en el Centro Polivalente de Arte. Antes había ido al Industrial N° 4, pero había sido víctima de bullying. Finalmente, su mamá decidió cambiarlo de escuela. “Me parecía mucho más tranquila”, dijo Alicia a La Opinión Austral.
Todo iba bien hasta que Juan Flores, el profesor de Ética Ciudadana del Polivalente, a principio del año lectivo comenzó a insinuarse a Rodrigo. Al principio no era más que un acto asqueroso que no pasaba a mayores. Todo cambió cuando, desde abril a agosto, el acoso sexual se transformó en un manoseo por parte del docente.
Tomando coraje, Rodrigo le comentó todo a su mamá. Ella consternada e indignada puso el grito en el cielo y se dirigió al edificio de Piedra Buena y Gobernador Moyano y habló con la directora del establecimiento. Sólo le respondieron que lo cambie de colegio.
Desde ese momento Rodrigo, que todavía era menor de edad, no sabía qué hacer. En paralelo, su madre no dejó de golpear puertas: ella fue al Consejo Provincial de Educación y a la sede gremial de ADOSAC. En este último lugar, fue asesorada por el dirigente Nicolás Pereyra.
El tiempo pasó y finalmente Rodrigo cambió de escuela y se fue al Secundario 26. Además, Flores fue sumariado, pero continúa en libertad. En dos oportunidades, el joven se cruzó al docente y se quedó paralizado sin saber qué hacer.
Con Flores aún en libertad, completamente deprimido Rodrigo intentó quitarse la vida en los primeros días de mayo de este año, tomando varias gotas de un poderoso ansiolítico. Por fortuna, sobrevivió y fue por sus propios medios a buscar ayuda al Centro de Salud Mental (CSM).
El profesional Lucio Andrade (NdeR: el psicólogo fallecido hace unas semanas) le dijo que: “No era un paciente para que se quede internado”, de igual manera Rodrigo fue alojado en el edificio de la calle Santiago del Estero y José Ingenieros.
Éste fue un grito desesperado de Rodrigo en busca de contención. Para recomenzar su vida, para dejar el pasado atrás. “Llamame cada dos horas”, le pidió a su mamá. Las llamadas se repitieron a las dos de la tarde, a las cuatro, a las seis, pero no a las ocho. “Ya está dormido, señora”, le dijeron desde el CSM a Alicia.
Cerca de las cuatro de la mañana de esa primera noche, Rodrigo se levantó y fue al baño, sin saber que otro paciente (que es psiquiátrico y que según fuentes consultadas por LOA indicaron que es esquizofrénico) lo abordó de atrás, lo sometió, le bajó los pantalones y lo violó.
Rodrigo apenas se acuerda del paciente que abusó de él. Lo único que sabe es que tiene cerca de 50 años, es alto, de ojos claros y que antes vivía en el barrio Newbery.
“Señora, ¿puede venir? quisieron atentar contra su hijo”, dijo en una llamada una trabajadora del Centro de Salud. Alicia tomó sus cosas y fue a buscar a Rodrigo. Él le contó lo que había pasado y fueron a la Comisaría Primera donde radicaron la denuncia y un médico forense lo revisó. La Justicia sólo secuestró las historias clínicas del agresor y del joven. Desde aquel día, Rodrigo nunca volvió a pisar el CSM.
Hoy, Rodrigo está en su casa del barrio Marina. El profesor que lo acosó continúa en libertad, su violador todavía está en el Centro de Salud Mental. Por momentos el joven está bien, a veces tiene episodios donde su cabeza se nubla, lo único que quiere es justicia, terminar el secundario e irse a estudiar Medicina a Buenos Aires, para dejar atrás lo que pasó, liberarse de ese peso y ser libre, como le dijo a su psicóloga.
La lucha sigue
LOA: ¿Cómo andás, Alicia?
Alicia: “No puedo decir que bien, vivo luchando por mi hijo”.
El juez Antonio Andrade se encuentra con la causa de Rodrigo. Él dispuso que el joven tenga tratamiento en el mismo lugar donde lo violaron. Alicia, lejos de permitir esto, gasta gran parte de la pensión de su marido fallecido en psiquiatras y psicólogos para Rodrigo.
Alicia trabajaba como empleada doméstica, pero con la pandemia se quedó sin ingresos económicos más allá de la pensión. Como los 16 mil pesos son muy pocos -incluso para dos personas que viven solas- la mamá de Rodrigo golpeó muchas puertas, pero hasta el momento no ha tenido respuestas satisfactorias. “Estuve pidiendo ayuda, pero nadie nos ha dado bola”, aseguró.
Solamente el PAMI ha respondido los pedidos de la familia, el propio Gustavo Bórquez, delegado del ente en la provincia, se acercó a ellos con víveres. “Es lo que me correspondía por lo de mi marido, pero valoro mucho lo que hicieron”. dijo Alicia