HERMANOS DE CINTIA RECLAMAN JUSTICIA A TIERRA DEL FUEGO: Indignación por el dramático deceso de una mujer.

HERMANOS DE CINTIA RECLAMAN JUSTICIA A TIERRA DEL FUEGO: Indignación por el dramático deceso de una mujer.

junio 15, 2020 0 Por quetepasa1

Familiares de Cintia Galarza exigen justicia por la pésima atención médica en Tierra del Fuego. Padeció tres días sin internación. Un mal diagnóstico y cortes de luz desembocaron la tragedia.

Cintia Galarza, de 39 años de edad, vivía junto a su marido y sus dos hijas de 12 y 14 años en Río Grande, Tierra del Fuego. Era trabajadora social y se desempeñaba en la atención al público en la Municipalidad.

La mujer, oriunda de Rosario de la Frontera, se descompuso al tener una dificultad respiratoria el jueves 4 de este mes, y tres días después falleció en el hospital público de Río Grande. Su marido Edgardo Díaz y la familia de Cintia exigen justicia por la pésima atención y un diagnóstico fallido.

Al ingreso al nosocomio Galarza presentaba síntomas similares al coronavirus: dificultad para respirar y dolores de pecho; sin embargo no se activó el protocolo.

Luego de su fallecimiento, la autopsia realizada dio como resultado tromboembolismo pulmonar, cuyos síntomas son la dificultad para respirar, dolor en el pecho y tos.

Los familiares de Cintia relataron a El Tribuno la odisea en sus últimos días de vida y aseguran que de haber sido diagnosticada a tiempo podría haberse evitado su muerte.

«Cintia comentó días atrás que se había desmayado luego de mucha tos y dolor para respirar, por lo que su marido la llevó a la guardia del hospital. Allí la atendió una médica, Verónica Lobo, quien le preguntó qué es lo que tenía», relató Carla, hermana de Cintia.

«En el momento en que la médica le preguntaba, ella se encontraba muy agitada y prácticamente no podía hablar. Entonces mi cuñado le intentaba explicar que se sentía mal, que no podía hablar, menos respirar, y Lobo, de mala manera, lo hizo callar. Le dijo: Quién es el paciente, vos o ella».

Las hermanas de Cintia contaron que luego Lobo le pidió análisis de rutina, un electro que resultó normal y que le sugirió realizarse un eco doppler y un análisis de tiroides.

Ese mismo jueves que la mujer se enfermó contaron que la doctora mandó a Cintia a su casa, y que antes le dijo: «Andá a ver al médico. Pero ni siquiera le dio una derivación, simplemente se lo sugirió. Después le preguntó qué tomaba para la tos. Mi hermana le dijo que solo tomaba agua para calmar y Lobo le dijo: Ok, seguí así, tomá agua y te voy a dar un diclofenac inyectable».

«A mi hermana le dolía mucho el pecho ese día jueves, al igual que el viernes, y el sábado ella nos llamó por teléfono y nos contó que estaba en cama en su casa, nunca la internaron», aseguraron indignados los familiares.

El domingo, el día en el que Cintia falleció, manifestaron: «A las 10 del domingo le dio otra vez una tos muy fuerte, y se volvió a desmayar. Su pecho hacía mucho ruido, como ronco, y mi cuñado llamó desesperado a la ambulancia del hospital Regional. Cuando llama, los de la ambulancia le preguntaron si ella estaba descompuesta. El marido le dijo que se había descompuesto y que ya había vuelto en sí, y ahí le contestaron que vaya ella. Mi cuñado estaba con las hijas y les explicaba que su mujer no se podía levantar, que no podía caminar», indicaron. Aun así le dijeron que espere la ambulancia afuera de la casa, porque no se ubicaban con la dirección. El nosocomio está a tan solo cinco cuadras del domicilio de Galarza. «Todo ese tiempo que se tomaron para cuestionar al marido de mi hermana fue un tiempo perdido», expresaron con mucho dolor.

Dos paros cardíacos y sin luz

Finalmente logran trasladar a Cintia al hospital, donde volvió a tener dos paros cardiacos más y, una vez allí, contaron que la volvió a atender la misma doctora, Verónica Lobo.
“Cuando llegó mi hermana, apenas podía respirar por la boca, y esta doctora le decía que respirara bien, por la nariz, siendo que ella no daba más. Estaba dando sus últimas bocanadas de aire”.
“Entonces el marido le decía que no podía respirar por la nariz, y la doctora seguía insistiendo que respirara bien, que no estaba colaborando y que dejara de consentir a su mujer”.
Como si fuera poco todo lo que tuvo que pasar Galarza, al llegar al hospital los familiares señalaron que se cortaba la luz y que no hay grupo electrógeno en el lugar.
“En ese momento que estaban intentando revivir a mi hermana, había un desperfecto técnico y la luz se cortaba a cada rato. Le pasó de todo. Nunca la entubaron ni le dieron oxígeno ni nada. Al rato salieron y le dijeron a mi cuñado que había muerto de una embolia pulmonar, y en el acta de defunción figuraba un paro respiratorio”.
“Mi cuñado intentó hablar con la doctora, con otros médicos, y todos habían desaparecido. La doctora se retiró y no dieron la cara”, expresó Carla, hermana de Cintia.

Justicia y ayuda

“Si mi hermana hubiera quedado en observación, la historia hubiera sido diferente. Pero no la diagnosticaron y no le realizaron tratamiento, por eso pedimos justicia”, manifestaron. La familia también denunció que el personal del hospital ni siquiera usó barbijos.
El viudo quedó solo con sus hijas, y ahora pide ayuda al Gobierno para poder mudarse a Rosario de la Frontera.
Informe de Ivana Castillo para El Tribuno